Romanticismo

El Romanticismo


El Romanticismo literario es el movimiento que dominó la literatura en Europa desde finales del siglo XVIII hasta mediados del siglo XIX. Se caracteriza por su entrega a la imaginación y la subjetividad, su libertad de pensamiento y expresión y su idealización de la naturaleza .El romanticismo fue, pues, un estilo de vida cuyos rasgos más característicos son los siguientes: la imaginación y la sensibilidad serán bandera frente a la razón y la intelectualidad; el ansia de libertad se manifiesta en contra de todas las formas impuestas que coartan en el individuo la propia esencia de sí mismo; el instinto y la pasión conducen al ser humano a un entusiasmo exagerado o a un profundo pesimismo. En el caso de conducir al hombre al sentimiento pesimista, provoca en el romántico la huida que se puede plasmar en dos vías distintas: la de los viajes o la de los suicidios.


Gustavo Adolfo Becquer, José de Espronceda Y Rosalía de Castro


Gustavo Adolfo Domínguez Bastida (Bécquer) (1836-1870)

Poeta español. Es una de las figuras más importantes del romanticismo y sus Rimas supusieron el punto de partida de la poesía moderna española. Nació en Sevilla, hijo de un pintor y hermano de otro, Valeriano. También él mismo practicó la pintura, pero, después de quedarse huérfano y trasladarse a Madrid, en 1854, la abandonó para dedicarse exclusivamente a la literatura. No logró tener éxito y vivió en la pobreza, colaborando en periódicos de poca categoría. Posteriormente escribió en otros más importantes, donde publicó crónicas sociales, algunas de sus Leyendas y los ensayos costumbristas Cartas desde mi celda. Obtuvo un cargo muy bien pagado, en 1864, de censor oficial de novelas. Hacia 1867 escribió sus famosas Rimas y las preparaba para su publicación, pero con la Revolución de 1868 se perdió el manuscrito y el poeta tuvo que preparar otro, en parte de memoria. Su matrimonio, con la hija de un médico, le dio tres hijos, pero se deshizo en 1868. Bécquer, que desde 1858 estaba aquejado de una grave enfermedad, probablemente tuberculosa o venérea, se trasladó a Toledo, a casa de su hermano Valeriano. Este murió en septiembre de 1870 y el poeta el 22 de diciembre, a los treinta y cuatro años.

Las Rimas, una colección de setenta y seis poesías, publicadas al año siguiente con el título inicial de El libro de los gorriones, poseen una cualidad esencialmente musical y una aparente sencillez que contrasta con la sonoridad un tanto hueca del estilo de sus predecesores. Formalmente son poemas breves en versos asonantes, donde el mundo aparece como un conjunto confuso de formas invisibles y átomos silenciosos cargados de posibilidades armónicas que se materializan en visión o sonido gracias a la acción del poeta que une las formas con las ideas. Se refieren a la emoción de lo vivido, al recuerdo, a experiencias convertidas en sentimientos. También aparece el amor, el desengaño, el deseo de evasión, la desesperanza y la muerte. Su pureza y humildad, junto con su engañosa sencillez, suponen la -culminación de la poesía del sentimiento y de la fantasía-, en palabras de Jorge Guillén, y como dijo Luis Cernuda: -Desempeñan en nuestra poesía moderna, un papel equivalente al de Garcilaso en nuestra poesía clásica: el de crear una nueva tradición que llega a sus descendientes.-

Un acento poético semejante y una calidad artística nada inferior, tienen las Leyendas, título con el que se agrupan todas las narraciones en prosa de Bécquer. Se publicaron originalmente en periódicos, entre 1861 y 1863, por lo que se supone que su composición fue anterior a la mayor parte de las Rimas. Son veintidós y están escritas con un estilo vaporoso, delicado y rítmico, donde abundan las descripciones, las imágenes y las sensaciones. Revelan un aspecto importante del romanticismo literario de su autor al mostrar un interés artístico y arqueológico por la edad media, con sus templos y claustros románicos o góticos, campos sombríos y calles tenebrosas, palacios y castillos. Predomina en ellas un espíritu donde se impone lo misterioso, lo sobrenatural y mágico con historias de raíz popular en muchas ocasiones, en las que la búsqueda de lo inalcanzable suele ser su argumento central. Bécquer también escribió teatro, adaptó obras dramáticas ligeras francesas e italianas. Colaboró en una gran obra editorial, Historias de los templos de España, de la que sólo apareció un volumen, en 1864. Y en sus Cartas literarias a una mujer, de 1860-61, expone sus puntos de vista con respecto a su poesía, que para él es -estética del sentimiento.- Las Rimas y las Leyendas de Bécquer continúan editándose con regularidad y, aún hoy en día, constituyen uno de los puntos de referencia capitales de la literatura moderna española.



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José de Espronceda

Nació en Almendralejo (Badajoz) en 1808. Estudió en el colegio de San Mateo de Madrid, donde tuvo como profesor a Alberto Lista, a quien siguió en el colegio fundado por el mismo. A los quince años creó con sus amigos Ventura de la Vega, y Patricio de la Escosura una sociedad secreta a la que llamaron los Numantinos (1823-1825), según decían, para vengar la muerte de Rafael del Riego. En 1823 funda junto a otros alumnos de Alberto Lista la academia del Mirto, para continuar con las enseñanzas del clausurado colegio que Lista fundara (colegio libre de San Mateo). Denunciado por sus actividades intelectuales en 1825 fue desterrado a un monasterio de Guadalajara durante cinco años. Posteriormente viajó por Alemania, Bélgica, los Países Bajos, Francia e Inglaterra (donde se enamoró de Teresa Mancha, hija del coronel liberal emigrado Epifanio Mancha) en su condición de exiliado liberal. Participó en las oleadas revolucionarias de 1830 junto con unos antiguos amigos suyos. Poco después Teresa se casaría por orden de su padre con un comerciante llamado Guillermo del Amo; sin embargo se reencontrarían en París en 1833. Con ella regresó a España, junto con otros liberales, gracias a la amnistía declarada tras la muerte del soberano Fernando VII, en 1833. En 1838 Teresa se apartó de Espronceda y poco después murió.
A partir de aquí Espronceda se dedicó a la política y al periodismo. Se enroló en la Milicia Nacional llegando a ser Primer Teniente de la Compañía de Cazadores de Madrid. En 1841 es nombrado secretario de la Legación española en La Haya y poco después es elegido diputado progresista en Almería. Fue elegido parlamentario ante las Cortes Generales, en 1842 por el Partido Progresista. Murió a los treinta y cuatro años de garrotillo (difteria) en ese mismo año de 1842, cuando se iba a casar con Bernarda de Beruete.

 Obra

Espronceda comenzó su carrera literaria con poemas de estructura neoclásica. Mas, prontamente, el Romanticismo le brinda los temas y la libertad adecuados a sus sentimientos e ideas.
Dentro de la línea romántica, José de Espronceda escribe una serie de poesías breves en las cuales exalta la figura del rebelde, del revolucionario y del hombre marginado de la sociedad. Recordemos algunos títulos: Canción del Pirata, El Canto del Cosaco, El Mendigo, El Verdugo. Estos personajes están vistos desde una perspectiva idealizada, pues el poeta los siente en rebeldía frente a las imposiciones sociales para vivir según el arbitrio personal. En la Canción del Pirata, evoca, al modo byroniano, la libertad sin freno del bandido del mar.
En El Mendigo, elogia la vida miserable pero libre del limosnero frente a una sociedad cobarde y corrupta. A través de estos poemas, Espronceda rechazalo que él considera una sociedad oprimida por convencionalismos, indiferente al dolor y cruel. En cuanto a la estructura formal, el poeta no se ajusta a ninguna norma retórica tradicional, sino que se deja llevar por su espontánea libertad creadora.
El Estudiante de Salamanca, extenso y heterogéneopoema, es una de las composiciones más famosas de Espronceda. Consta de cuatro partes: unas líricas, otras narrativas y otras dramáticas. El tema está tomado de una leyenda española basada en la vida del estudiante Lisandro, quien, como castigo por su vida licenciosa, vio un día pasar el cortejo de su propio entierro. En la obra, el protagonista es don Félix de Montemar, segundo Don Juan Tenorio, / alma fiera e insolente, / irreligioso y valiente, / altanero y reñidor. Su desenfado ante la vida lo lleva a repudiar a su enamorada Elvira y a matar al hermano de ella. Las aventuras de don Félix terminan cuando contrae matrimonio con una espantosa calavera, a quien sigue por intrincadas y neblinosas calles, creyendo ir tras una misteriosa y desconocida mujer. La obra abunda en elementos románticos: la presencia seductora y arrogante del protagonista, la pasión de la frágil Elvira, la persecución octurna de la "blanca dama", los espectros de la cripta la visión macabra del propio entierro y de la mujer-calavera.
En 1840 Espronceda escribió El Diablo Mundo, largo poema que tiene similitud con el Fausto de Goethe. Tiene como protagonista a un envejecido Adán, quien, gracias a la intervención mágica de la diosa Vida, rejuvenece. En esta segunda juventud, Adán sufre una serie de desengaños. Como expresa García López en su Historia de la Literatura Española, en esa obra Espronceda intentó hacer un poema simbólico de crítica a la humanidad y, al mismo tiempo, plantear sus dudas metafísicas acerca de Dios, del hombre y del sentido de la Vida y de la Muerte. La obra, dividida en seis cantos, quedó inconclusa. El segundo de ellos, Canto a teresa, evoca su amor a Teresa Mancha. Habla de sus ilusiones, desengaños ante la frustrante realidad y nostalgias por el placer perdido. Aunque el Canto a Teresa está incluído en el Diablo Mundo, es un poema independiente que revela el estado de ánimo del poeta: su felicidad por la evocación de momentos intensamente vividos y su soledad por la ausencia de la mujer amada.
Aparte de estas composiciones, Espronceda escribió una novela histórica, al modo de Walter Scott: Sancho Saldaña, y un drama: Blanca de Borbón.
A modo de conclusión, podemos decir que Espronceda tiende a la libertad total como creador, sin sujeción a cánones retóricos, sólo atento a las necesidades sugerentes de su propio yo. De este modo abre para la poesía nuevas vertientes expresivas y de procedimientos: el sentido de ritmo, la musicalidad, la adaptación del metro a la idea. Espronceda vivió una existencia romántica durante la cual realizó una obra vehemente y no del todo acabada.

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Rosalía de Castro

 (Santiago de Compostela, 24 de febrero de 1837Padrón, 15 de julio de 1885) fue una poetisa y novelista española que escribió tanto en lengua gallega como en lengua española. Considerada en la actualidad como un ente indispensable en el panorama literario del siglo XIX, representa junto con Eduardo Pondal y Curros Enríquez una de las figuras emblemáticas del Rexurdimento gallego, no sólo por su aportación literaria en general y por el hecho de que sus Cantares Gallegos sean entendidos como la primera gran obra de la literatura gallega contemporánea, sino por el proceso de sacralización al que fue sometida y que acabó por convertirla en encarnación y símbolo del pueblo gallego. Además, es considerada junto con Gustavo Adolfo Bécquer, como la precursora de la poesía española moderna.
Escribir en gallego en el siglo XIX, es decir, en la época en la que vivió Rosalía, no resultaba nada fácil por un gran número de razones, la gran parte de ellas ligadas al pensamiento y estructuración de la sociedad del momento. La lengua gallega había quedado reducida a un mero dialecto, tan despreciado como desprestigiado, mostrándose cada vez más distante aquella época en la que había sido el idioma vehicular de la creación de lírica galaicoportuguesa (en forma de galaicoportugués). Toda la tradición escrita había sido perdida, por lo que se hacía necesario comenzar desde cero rompiendo con el sentimiento de desprecio e indiferencia hacia la lengua gallega, pero pocos eran los que se planteaban la tarea, pues esta constituiría un motivo de desprestigio social. En un ambiente en el castellano era la lengua de la cultura al ser la lengua que la clase minoritaria dominante protegía, Rosalía de Castro rompió a cantar, concediéndole el prestigio merecido al gallego al usarlo como vehículo de su obra denominada Cantares Gallegos y afianzando el renacer cultural de la lengua.
Aunque fue una asidua cultivadora de la prosa, donde Rosalía sobresalió fue en el campo de la poesía, a través de la creación de las que pueden ser consideradas sus tres obras clave: Cantares Gallegos, Follas Novas y En las orillas del Sar. La primera de ellas representa un canto colectivo, artísticamente logrado, que sirvió de espejo dignificante a la comunidad gallega al emplearse la lengua de ésta, así como también fue útil para proseguir con la tendencia tímidamente iniciada por el pontevedrés Xoán Manuel Pintos con su obra titulada A Gaita Galega (1853). En la segunda, la escritora dio lugar a una poética de gran profundidad, que emplea el símbolo como método para expresar lo inefable y que revela la plurisignificación propia de la más elevada poesía; junto con las obras Aires da miña terra (Curros Enríquez), Saudades Gallegas (Valentín Lamas Carvajal) y Maxina ou a filla espúrea (Marcial Valladares Núñez) completa el conjunto de obras publicadas en la década de 1880 que hicieron de estos años una etapa clave en el desarrollo de la literatura gallega, si bien la obra de Rosalía siempre mantuvo una posición predominante con respecto al resto. Finalmente, en En las orillas del Sar se manifiesta un tono trágico que encaja con las duras circunstancias que rodearon los últimos años de la vida de Rosalía. Escrito en castellano, la obra ahonda en el lirismo subjetivo propio de Follas Novas al mismo tiempo que se consolidan las formas métricas que allí apuntaban. Inicialmente calificado de precursor y obviado por la crítica de su tiempo, hoy en día existen diferentes estudiosos que lo consideran como la principal creación poética de todo el siglo XIX.
En la actualidad, la figura de Rosalía de Castro y sus creaciones literarias continúan siendo objeto de una abundante bibliografía y recibiendo una constante atención crítica, tanto en el territorio español como en el extranjero. Es tal la aceptación y el interés que las obras de esta escritora despiertan en el mundo, que en las últimas décadas sus poemas han sido traducidos a idiomas como el francés, el alemán. el ruso y el japonés.


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